Tuesday, November 20, 2012

Epa, quien encontro el blog?

El último pernocte?

Creo en los cafés, en el dialogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad. Siento nostalgia, casi ansiedad de un Infinito, pero humano, a nuestra medida.

Friday, October 12, 2012

Hay que hacer una pelicula de mi vida boludo

Gracioso, casi poético, la última opción de la última entrada, aquella que puse por joder, por retar al destino a decir: dale puto sorprendeme ahora si podes, fue aquella que se concreto, que garca hijo de puta, pero ojo, no estoy enojado, para nada, siento que aquel motorcito que había en mi, engrano como no lo había hecho en mucho tiempo, una especie de furia, pero no maligna, que me hace acordar a cuando el viento cambia de dirección mientras uno anda en bicicleta, ese pequeño empuje que nos invita a acelerar al máximo .
En otros ámbitos, 12 de octubre, "Día de la raza", o día de no se que otra cosa para no ofender a los que masacraron. Títulos sin sentido para un día que para mi tiene otra caratula y contexto que distan mucho de esa realidad. Día que tiene como consecuencia todas esas porquerías de papel doblado que algunos llaman origami, que no hacen más que representar el tiempo que  gasto en un "arte" tan mediocre.
Me preguntaría que es que algo sea, pero no tengo ganas, prefiero escuchar la radio.

Wednesday, October 10, 2012

Pobre de vos hoja en llamas

Hacemos combo loco porque es necesario, no por otra razón. El tema que si no quiero tocar es porque es necesario, se enteraran, o no, o hasta hay una chance de que ni yo me entere. Este orden no es por azar, ni por asomo.

Sunday, September 16, 2012

El amor de los metalampos

Hace muchísimo tiempo, en un planeta que no era éste pero se le parecía un poco en el contorno de la circunferencia, hubo una raza superior a todas las que habitaron el Universo en cualquier época y en cualquier rincón. Eran bellos, inteligentes, generosos, compasivos, valientes y suaves al tacto. En su apogeo como civilización, lograron construir una sociedad perfecta: en su mundo no existía el hambre, ni el trabajo aburrido, ni los abogados, ni la enfermedad, ni la democracia. Se llamaban los metalampos. Tal era la sabiduría natural de estos seres, que cualquiera de las grandes mentes conocidas de nuestra civilización (pongamos un Einstein, un Da Vinci, un Sócrates) en el mundo metalampo hubiera tenido que ganarse la vida como empleada doméstica o guionista de televisión. Pero comencemos por ubicarlos en el tiempo. El planeta Metalampo no fue contemporáneo a nuestro planeta Tierra, sino muy anterior. Cuando ellos vivieron su maravillosa época dorada, nosotros no éramos siquiera un boceto mal dibujado en la servilleta del cosmos. Para que podamos comprenderlo con una metáfora, diremos que si la historia humana en todo su conjunto se resumiera en el día de hoy, la vida metalampa se habría desarrollado el jueves 12 de agosto de 1933, entre las cuatro y las cinco de la tarde. En este planeta remoto la vida transcurría en paz. Pero ésta era una paz verdadera, no una breve tregua entre dos horrores, que es lo que nosotros podemos entender como la paz. Los metalampos nunca tuvieron guerras, ni conflictos armados. Tampoco conocieron revoluciones ni epopeyas. Esta ausencia de confrontaciones les resultó muy ventajosa para la práctica del ocio (que dominaban como nadie), pero también les acarreaba algunas desventajas de orden práctico, pues al carecer de momentos históricos, de héroes, de generales y batallas, nunca lograron ponerle nombre a sus calles y el servicio de correo postal fue siempre muy ineficaz. De hecho, es sabido que los metalampos escribieron millones de cartas a lo largo de su historia, pero sólo ocho de ellos pudieron leer alguna. Y es que, al contrario que otras civilizaciones menos humildes, los metalampos no se desvivían por las telecomunicaciones, ni por el perfeccionamiento técnico. Si había que inventar algo se inventaba, pero sólo si era necesario o urgente. Cuando se topaban con una enfermedad, descubrían la cura; cuando encontraban un precipicio, inventaban el puente. Pero no alardeaban. No avanzaban por avanzar. Hay un ejemplo muy claro de esta actitud: como nunca hallaron problemático esperar media hora y volverse a llamar, jamás desarrollaron la telefonía móvil, a la que consideraban una tecnología histérica. En realidad, los metalampos no fomentaban el progreso porque no padecían ansiedad por llegar pronto a ninguna parte, dado que se hallaban muy a gusto donde estaban. Y quizás por ese motivo consideraban que el progreso, antes que mejorar la calidad de vida, sólo tendía a afearles el cuerpo. "El mando a distancia no te hace más moderno", rezaba un refrán metalampo, "lo que te hace es el culo más gordo". El único problema de los metalampos era el amor. Cuando dos metalampos se enamoraban de verdad y sin remedio, morían instantáneamente. A veces primero uno, a veces los dos al mismo tiempo. Esto, al principio, provocó que los metalampos tendiesen a la promiscuidad, pero como eran seres de un corazón enorme, una gran inteligencia y una belleza alarmante, no podían dejar de enamorarse tarde o temprano. Y de morir inexorablemente en lo mejor de su edad. Quizás para equilibrar su paso fugaz, una de las características más obsesivas de los metalampos fue lograr la máxima sencillez en el lenguaje. Para ello hacían uso de un sistema encadenado de caracteres, en donde el mínimo cambio de estructura confería distintos significados. Era tal la capacidad de síntesis del lenguaje metalampo que un dibujante era capaz de realizar un identikit perfecto escuchando del testigo únicamente la palabra "estuqi". La composición molecular de su lenguaje propiciaba que cualquier cadena de caracteres significase algo. Un metalampo ciego aporreando un teclado generaba palabras reales. También un bebé metalampo gateando por arriba de un cuaderno. Todos, al pasar por encima de un teclado o garabatear signos en un papel, emitían una idea y hasta a veces un soneto con rima consonante. Algunos narradores metalampos de vanguardia solían escribir largas novelas tirando seis o siete bolsas con fichas del escrabel desde distancias considerables. De este modo cualquiera podía escribir, con independencia de su capacidad de comprender lo escrito. (En el mundo humano, lo más parecido a esta práctica se denomina blog). Otra capacidad extraordinaria de esta raza es que sólo eran capaces de adquirir conocimientos en la oscuridad. De día o con luz artificial, únicamente estaban capacitados para disfrutar, reventarse granos, cantar, reproducirse y cocinar. Pero si lo que deseaban era aprender un arte, un oficio o una ciencia no recurrían al esfuerzo sino a la falta de luz. Para aprender el oficio de repostero, por ejemplo, un metalampo sólo necesitaba entrar en una panadería y permanecer a oscuras un par de horas. Para conocer los secretos de la mecánica automotriz, debía meter la cabeza dentro de un capó y esperar un rato. Para conseguir una licenciatura en psiquiatría, únicamente había que entrar de noche en un manicomio. Además, la educación era involuntaria. Tras el Gran Apagón del año 878, que duró seis días y provocó terror y suicidios, más de dos millones de metalampos se convirtieron, sin darse cuenta, en campeones mundiales de ajedrez. Los adolescentes metalampos aprendían todo lo concerniente a la educación básica y media en sólo cuatro noches, encerrados en una biblioteca sin luz eléctrica. Sólo un número insignificante de adolescentes (en general albinos) reprobaban alguna materia y tenían que volver durante el fin de semana. "Me llevé matemáticas a sábado", le decían a sus padres. La sabiduría era —de este modo— un bien tan fácil de adquirir que todos poseían conocimientos amplios, minuciosos y extravagantes sobre cualquier cosa. En el mundo metalampo no existían los conceptos de escuela, universidad, taller literario, libro de autoayuda, o televisión estatal matutina. Al no ser la educación un valor agregado, tampoco existía la noción de pedantería intelectual. En el mundo metalampo la erudición no constituía un privilegio sino un síntoma de haber comprado una casa mal iluminada. Tal era el poder del conocimiento en la oscuridad, que a lo largo de sus vidas los metalampos eran capaces de practicar más de sesenta profesiones diferentes y mantener en activo dos docenas de hobbies. El saber, por tanto, no tenía edad. De hecho, todos los metalampos nacían ginecólogos. Mucho más complejo y peligroso les resultaba, en cambio, el arduo camino de la conservación de la especie. Al tenerlo todo, era previsible que la naturaleza debiera equilibrar tantos dones sembrando —en la aparente felicidad metalampa— un escollo difícil de soslayar. El exterminio provocado por el amor mutuo que se profesaban, que nunca pudieron solucionar porque no era de hecho un problema sino una conformación genética, los estaba matando lentamente. En su apogeo, los metalampos eran alrededor de 180 millones, y su tasa de natalidad menguaba un 6% cada año, dado que el sexo por recreación era peligrosísimo, pues la diferencia entre clímax y amor los confundía bastante. Las familias, casi siempre, estaban constituidas por una pareja que no se amaba en absoluto, pero que se escudaba en la monogamia por temor a una aventura extramatrimonial que pudiese dejar huérfanos a los niños. Comenzó entonces, poco a poco, a gestarse el fin de la raza más valiente y hermosa de todas las que habitaron nuestro Universo. Una decadencia tan cruel, injusta y romántica, que generó una de las leyendas más perdurables que se conocen: la orgía del fin del mundo. Con el paso de los años, entendieron que el miedo a la felicidad podía costarles algo más que la extinción: les costaría la permanencia inútil en una vida sin deseos ni profundidad. Y entonces, con la sabiduría que los caracterizó también en las buenas rachas, decidieron organizar una bacanal de duración indeterminada, con el objeto de que cada metalampo pudiese morir de amor y no de miedo, hasta que no quedase nadie. Esta fiesta, que fue la más grande de todas las que se han llevado a cabo en el Universo, duró catorce años y comenzó con siete millones de invitados. El vino, la gaseosa y la cerveza se convirtieron en alimentos gratuitos de primera necesidad, y se colocó iluminación accesoria en todos los espacios, para que nadie aprendiese nunca nada nuevo en lo oscuro, durante la orgía monumental. Los metalampos salieron entonces a las calles a buscar a su media naranja y morir en sus brazos. Después de siglos de monogamia, matrimonio vacío y sedentarismo ocioso, ahora todos conversaron y rieron con todos. Todos se besaron en la boca para saber qué pasaba. Algunos, los más enamoradizos, morían pronto, pero los primeros entierros eran excusas llenas de música para que otros solitarios conociesen gente nueva. Fueron años de jolgorio, tumulto en las esquinas, sexo casual, mordiscos leves y música improvisada. Como no había vecinos con ganas de dormir (puesto que todos estaban en la fiesta), ni existía la policía, ni las sociedades de derechos de autor (puesto que era un planeta sensato) tampoco había motivos para que la bacanal llegase a su fin ni para que nadie cobrase cánones y multas. Al séptimo año se habían celebrado más de seis millones de muertes por amor, y la música no cesaba. Ni tampoco el amor. Al comienzo del último año de la fiesta (y de la especie) solamente quedaban 724 metalampos en la superficie del planeta. Desde el aire, parecían una pequeña manifestación enloquecida gritando y bebiendo y cantando. No había dolor ni remordimiento. Cada vez que uno de ellos moría, los que estaban cerca lo cubrían de flores y el grupo seguía el viaje hacia la eternidad elegida. Por las noches dormían a la intemperie, bajo unas enormes mantas cuadriculadas por donde se metían mano sin saber quién era quién, y se besaban en la oscuridad diciéndose sus nombres para reconocerse. Ni siquiera en los inviernos más gélidos de esos catorce años sintieron frío. Ni siquiera cuando en vez de setecientos fueron noventa. Y tampoco cuando sólo quedaron ocho. Y después fueron seis; y más tarde tres. Los últimos dos metalampos amanecieron con algo de resaca, el último día de la especie. Cubrieron de flores al antepenúltimo de sus muertos y se fueron a limpiar un poco el desastre de la noche (botellas rotas, manteles a la miseria, ropa interior por el suelo) antes de fumarse un cigarro juntos y contarse sus vidas. Sabían, por haber llegado juntos al final de la fiesta, que eran los anfitriones y que aquélla era ahora su casa. Los dos estaban un poco sensibles y borrachos, después de tanta fiesta. Eran jóvenes y hermosos. La mañana parecía de primavera y tenían claro que no tardarían mucho más en enamorarse.


Hernán Casciari

Wednesday, September 12, 2012

Xeno

Es curioso ver cómo el tiempo te asalta a punta de pistola y tienes que hacer esfuerzos para esquivar la bala en las costillas. Cierras los ojos para mantener a salvo la calma de los días que se escapan de las manos y los recuerdos de fotomatones a los que nunca volviste. Te das una vuelta y te asombras al pensar lo mucho que hemos cambiado, y mira que dicen que la gente no cambia. Coleccionas imágenes que se van borrando a toda prisa, y cicatrices que prevalecen, porque la vida es como una super8 que no deja ver con claridad lo mucho que tenemos que aprovechar cada detalle. Cada sonrisa. Cada lágrima. Pero las tormentas ponen triste y hay veces que es imposible mantener la alegría cada segundo. Porque aunque haya pasado tanto tiempo sabes que hay cosas que olvidarás. Y otras que no. Y cada vez te das más cuenta de lo leve de todo lo que te rodea. Y que no vale la pena, pero a veces no podemos evitarlo. Somos humanos. Nos atascamos en el pasado y soñamos con el futuro, y el presente, se nos escurre de las manos. “Vivir”… esa acción que nos desconcierta a veces, cuando nos aburrimos o no nos atrevemos a soñar despiertos. Nos pasamos la vida aprendiendo a vivir. Somos así. Se nos olvida vivir. Y vivir es lo único que tenemos.



Thursday, August 30, 2012

En busca de la tortuga prófuga

Tengo cosas para escribir, pero vamos a esperar a ver el diario del lunes.

Sunday, August 5, 2012

Hubo otra vez un barco más chiquito todavía

No todos los días uno descubre que no tiene una razón para seguir vivo, y aún así se sigue haciendo, ojo, sin  tristeza ni desazón, es solo una gran e imponente indiferencia que asoma, el borde del abismo de un mundo plano, con la mirada clavada en esa catarata incierta, una mirada que comprende, pero parece no interesarle, exenta de pensamientos.

Tuesday, May 1, 2012

Volar, el sueño de los hombres y de los pájaros enfermos.

Hoy, me dedique a rememorar todo lo que paso en el año de la melancolía, y me sentí melancólico, que suspicaz que estoy, por dios, lo unico que pido, es que este tiempo libre que se formo, se llene rapido porque no quiero estar igual que el año pasado, no estoy en condiciones de soportarlo de nuevo, es imperantemente necesario que conozca gente nueva, mas alla de que el proceso implicado jamas fue de mi agrado.
Hice limpieza de gente, no me siento orgulloso, principalmente porque perdi el sentido de orgullo hace mucho, sabiendo que dos momentos, nunca van a ser iguales.
Tengo la escritura como el culo, y no voy a repasar esto que acabo de escribir para ver si tiene sentido, a duras penas espero encontrar algo que lo tenga.

Wednesday, April 18, 2012

Burnt sand

She’s a mess of gorgeous chaos. You can see it in her eyes. Pasted smile, nervous laugh, a tangled web of truth and lies. Her once concieded thoughts wander through life and death and wander through regrets past time those guys who caught her breath her heart once made of gold and glass, has now transformed to stone the once bright and sparkling eyes replaced with ones unknown she feels depressed and without love for those who’d loved had left her smile now gone missing had been taken by their theft. distant accquaintances replace the boy no longer there friends no longer listen and don’t pretend to care. She’s a mess of gorgeous chaos. You can see it in her eyes. Pasted smile, nervous laugh. a tangled web of truth and lies. She strives to find an answer for the longings gone ignored. but not enough to wish for the guy she once adored. her once contagious laughter now scoffed bitter and cold her once outrageous humor no longer stands so bold. she can’t help but keep wondering why she’ll never make the cut she can’t help but keep wondering what doors remain un-shut He’ll never no how much she cares or what he made her feel She’ll never know how he faked it all and none of it was real. She’s a mess of gorgeous chaos. You can see it in her eyes. Pasted smile, nervous laugh, a tangled web of truth and lies.

Friday, February 24, 2012

Superfluo hasta el sonar de las trompetas.

Silencio

Así como del fondo de la música 
brota una nota 
que mientras vibra crece y se adelgaza 
hasta que en otra música enmudece, 
brota del fondo del silencio 
otro silencio, aguda torre, espada, 
y sube y crece y nos suspende 
y mientras sube caen 
recuerdos, esperanzas, 
las pequeñas mentiras y las grandes, 
y queremos gritar y en la garganta 
se desvanece el grito: 
desembocamos al silencio 
en donde los silencios enmudecen. 


Octavio paz

Monday, February 13, 2012

Faaaa



Acompañado por mi familia y amigos y esta soledad fría y oscura como la noche que cubre mi alma. Pero bien.

Wednesday, February 8, 2012

Moonlight drive

No tengo ganas de fijarme si ya esta o no.

La utopía está en el horizonte dice Fernando Birri. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. 





Sunday, February 5, 2012

Thursday, February 2, 2012

Sunday, January 22, 2012

Waiting for 1989

Que pasa gente? Les urgió venir a ver si durante mis muy merecidas y bien pasadas vacaciones que todavia no terminan puse algo melancolico y/o suicida?.
No gente, no más, hoy, este día, descubri como ver la vida (Es la expresión mas acertada) en HD.
Para todos ustedes, pero no para mi.

Monday, January 2, 2012

Final repentino de una adolescencia feliz.

Este video lo subo para mi mismo, y para aquellos que crean que deben verlo, solo por este medio, no lo busquen porque lo no van a encontrar.

Sunday, January 1, 2012

La escalinata de lo que no se sabe ni se sabra.

Un dicho dice: Un hombre tiene la edad de la mujer a la que ama.
El problema que tiene es qué sucede en el inter-in.
Preguntas sin respuesta quizá?
Supongo que es así.
Esperemos.
O no.